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Vestir a l'Antiga, una moda actual

Vestir a l'Antiga, una moda actual

Este estilo de trajes nace del interés surgido por la recuperación de la indumentaria tradicional del S. XVIII, de carácter imaginativo y a la vez sencillo, como formas de vestir populares de nuestro pueblo.

Sus raíces estarían en los habitantes de la Huerta, las clases humildes, que quieren reinterpretar con fantasía la moda afrancesada que viste la burguesía con los medios de que disponen. Podemos imaginarnos a los habitantes de la huerta que acuden al barrio del Mercado o de Velluters para hacer acopio de los tejidos de ocasión con los que confeccionarían sus trajes de fiesta, para los domingos de guardar, bodas o bautizos. No en vano, muchas mujeres del campo trabajaban en la siembra y recolección de la seda, parte de la cual, de inferior calidad, la utilizarían para confeccionar sus trajes a la moda de la capital.

Para ello, en cuanto a los tejidos, para los jubones escogen un dibujo pequeño y sin metal, las más afortunadas se ciñen el cuerpo con un 'espolin'. El jubón de color negro es el más apreciado por la conveniencia de su uso para actos religiosos. Estos jubones suelen ser de manga larga y su orilla se coloca por dentro del 'guardapeus o guardapié' que es como se denomina a la falda. Las mismas faldas pueden ser lisas en seda o bien en lana, en cuyo caso se denominan 'refajos', con diseños más coloreados. Se enfatizan las orillas con tiras de guirnaldas, grecas de pasamanería o encajes. La parte superior de los hombros se cubría con e mocador de coll, conocido impropiamente como manteleta y viene cruzada sobre el jubón, queda muy amplia a modo de mantón y abrochada mediante una  joia, la agulla de pit. Los delantales son más cortos y están bordados en oro con los motivos populares de la palma o la cesta y sus orillas rematadas con festón, sobre un tejido de batista o muselina. Los largos de las faldas se acortan por encima del tobillo.

Los hombres, por su parte, visten amplias y cómodas camisas de hilo blanco, enriquecidas con lorzas o tiras bordadas. Sobre las cuales se ajustan el jopetí en tapicería brocada de seda con diseños de flor pequeña en color vivo o también motivos geométricos. Por encima de este chaleco se pondrían una chupa o chaqueta para protegerse durante los días crudos de invierno. Las piernas se resguardan con el mismo zaragüells y su negrilla oscura o coloreada.